Cómo el diseño puede hacer funcionar mejor los objetos

Diseño

En nuestro primer artículo dedicado al diseño, más concretamente al método denominado Diseño Centrado en las Personas, pudimos ver cómo los objetos diseñados estableciendo al usuario final en el centro del proceso resultan ser un éxito. Esta vertiente tiene como objetivo involucrar en todas las fases del proceso de creación al usuario que finalmente utilizará lo que se está creando para que le resulte útil y adecuado a sus necesidades.

La filosofía de GESAB se basa en “las personas en el centro” y bajo esta misma premisa realizamos nuestros procesos de diseño, considerando en todo momento las exigencias estéticas de los clientes, la ergonomía para lograr un entorno adecuado y las necesidades operativas para alcanzar la mejor experiencia de usuario.

Los procesos llevados a cabo durante el diseño no sólo deben tener en cuenta el aspecto funcional y práctico, sino también el estético, ya que si no se le da el lugar que le corresponde, la percepción que el usuario tendrá del objeto no será la adecuada llegando incluso a considerarlo inútil.

¿Pero, qué tiene que ver la belleza con el funcionamiento? ¿Un objeto considerado feo no puede ser funcional?

Los productos además de cumplir sus funciones prácticas esperables tienden a provocar una respuesta emotiva en las personas a través de la interacción sensorial, generando así una experiencia placentera e íntima y creando una relación que va más allá de la simple utilidad de los objetos.

“Las cosas atractivas hacen que las personas nos sintamos mejor, lo que nos lleva a pensar de forma más creativa. ¿Cómo se traduce eso en mejor usabilidad? Muy simple, haciendo que las personas puedan encontrar soluciones a sus problemas más fácilmente”.

Este vínculo emocional, estético y funcional es la esencia de la psicología emocional según el profesor de ciencia cognitiva Donald Norman.

Entre los aspectos a tener en cuenta en este marco conceptual se encuentra la usabilidad, que busca adaptar los objetos y los sistemas a los usuarios para hacerlos más humanos. De este punto parte la premisa de D. Norman que relaciona la estética y la usabilidad, llegando a la conclusión de que las personas perciben los diseños más atractivos como los más fáciles de utilizar.

De este modo, el diseño emocional busca mejorar la relación entre el usuario y el producto, ya que según el autor de The Design of Everyday Things, nos sentimos mucho más vinculados a aquellos productos que nos son cercanos. Por tanto, la verdadera personalización y la “customización” marcan una gran diferencia en la creación de ese vínculo usuario-producto.

Proporcionar opciones de diseño personalizado, accesorios y adaptaciones a medida a las necesidades y gustos de cada persona mejoran en gran medida la experiencia de uso y por lo tanto el “rendimiento” del producto. Nuestra predisposición y actitud hacia dicho producto se verán potenciadas gracias a un diseño en el que nos hemos involucrado activamente y consideramos como nuestro.

Las consolas de control son un buen ejemplo de adaptación y customización, ya que cada proyecto y cliente tienen necesidades muy concretas (de entorno, equipos, de personas, de sistemas, etc.) y poder adaptarse y personalizar al máximo la solución es en la mayoría de los casos un requisito indispensable para garantizar el éxito del proyecto.

Caso de éxito consolas de control Riyadh Metro

Desde GESAB procuramos que nuestros productos sean bellos, estéticos y equilibrados. Nuestro objetivo es transmitir el sentimiento de querer usar nuestras consolas y productos sólo con verlos. Aunque no sólo nos quedamos ahí, sino que a su vez también queremos proyectar la sensación de comodidad, calidad y seguridad con la forma que les damos a nuestros diseños.

En GESAB nos regimos bajo este principio: tener todo bajo control. A la hora de idear nuestros diseños ponemos especial énfasis en el hecho de que el usuario se sienta seguro de sí mismo en el espacio de trabajo; tiene que poder sentir el control bajo todos los aspectos y condicionantes que existen en una sala de control. Por ello, ofrecemos múltiples soluciones y herramientas a las que el usuario puede acceder en cuestión de segundos para resolver las dificultades que se plantean en sus entornos críticos de trabajo.

Así pues, el diseño de los objetos no sólo incurre en la estética funcional, sino que va más allá e incide en las emociones, percepciones y actitudes de las personas hacia estos objetos. Es decir, acerca los objetos a las personas, los humaniza. Y el diseño contribuye en gran parte a ello convirtiéndose en un aspecto fundamental.

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