Las salas de control son espacios con características muy concretas y que requieren de un estudio minucioso para optimizar su utilización. Dentro de una sala de control puede haber un gran número de operadores, con un trabajo crítico para la fiabilidad y productividad del sistema. Entornos 24/7 donde hasta el más mínimo detalle debe estar estudiado. Las consecuencias de una errónea concepción de las salas de control o monitoreo pueden tener efectos muy negativos tanto en los operadores como en la propia consecución de sus objetivos.
Por lo tanto, a la hora de planificar la realización de una sala de control, se deben tener en cuenta algunos aspectos básicos que aseguren el éxito:
Personas: los centros de control cuentan con la última tecnología y con innovaciones que se aplican en cada proyecto, pero esta tecnología debe estar siempre al servicio de las personas y asegurar tanto su bienestar como aportar las herramientas necesarias para la perfecta realización de su trabajo.
Conceptualización y diseño: Cada proyecto es único y requiere de unas características concretas de acuerdo a las propias necesidades. Un equipo multidisciplinar debe analizar los requerimientos necesarios, el medioambiente de trabajo, la concepción de las posiciones de los operarios en la sala de control y su distribución, la definición de flujos de operadores (visitas, mantenimiento, proveedores), procedimientos y manuales de operación personalizados, además de un diseño único y exclusivo adaptado a la imagen corporativa.
Ergonomía: los operadores, como usuarios finales de las salas de control, tienen el máximo protagonismo, por lo que es condición indispensable maximizar la calidad de vida del usuario durante su jornada de trabajo, reduciendo riegos y aumentando su bienestar. Las consolas técnicas juegan aquí un papel fundamental, y deben asegurar la máxima ergonomía, calidad de vida tanto para los operadores como para el personal de mantenimiento, reduciendo cualquier riesgo, incrementando su comodidad para ser más eficiente y productivo y adaptable a distintos usuarios y requisitos de las tareas a desarrollar.
Aunque estos puntos son clave, hay muchos factores que deben tenerse en cuenta, como la superficie de la sala, la climatización, la iluminación, accesibilidad, mantenimiento, etc. Todo ello para concebir la sala de control óptima.